LAS
EMPRESAS SE ENCUENTRAN EN MUCHAS OCASIONES CON CANDIDATOS
MUY CUALIFICADOS PERO
NO ADECUADOS A SUS NECESIDADES Y MUCHOS
PUESTOS QUEDAN SIN CUBRIR POR FALTA DE
IDONEIDAD
Estamos acostumbrados a oír hablar constantemente
de cómo los parados tienen que reinventarse para adaptarse a las nuevas
exigencias del mercado pero, ¿y de todas aquellas personas que, de partida, no
se ajustan a éstas? Me refiero a todos aquellos titulados universitarios, ni
más ni menos que el 19,7%, que están desempleados.
Hoy en día nos encontramos ante la idea de
que “el que no estudia una carrera no va
a ningún lado”. Estudiar en la universidad es algo ya generalizado y, sin
duda, se trata no sólo de una oferta de mayores oportunidades sino también de
un enorme avance reflejo de un espíritu de superación y de crecimiento personal
importantes. Creo que no debemos olvidar, y por eso lo tratamos aquí, que el empleo
ha de estar íntimamente ligado a la educación e incluso también en sentido
inverso. Muestra de esto último es el sistema de Formación
Profesional dual que se da intensamente en países como Alemania, donde la
educación que recibe la persona está unida a su vez a las necesidades
particulares de la empresa en cuestión. No pretendo hablar sobre el sistema
educativo, eso es tarea de mi compañero de Educación y desde luego merece un
tratamiento mucho más profundo. Pero sí que es cierto que no podemos considerar
esos datos que nos hablan de tasas de paro del 18,9% y que tanto nos preocupan
(con razón) sin plantearnos a su vez aquellos que muestran que hay una amplia gama de vacantes por la falta de
adecuación educativa del candidato al puesto. No es que estemos muy
cualificados o poco sino que, en muchas ocasiones, lo estamos mal.
Las previsiones
nos hablan de contabilidad, comercio, tecnología e informática. Por lo tanto,
la pregunta ya no es únicamente si estudiar o no en la universidad, sino más bien qué estudiar. Pero también demuestran
que nuestro mundo tiende a la tecnificación
y a la especialización; y es precisamente aquí donde las empresas
encuentran grandes problemas a la hora de contratar. Muchas personas y muchos
estudios; pero demasiada amplitud y escasa concreción. ¿Saber poco de mucho o saber mucho de poco?
Muchos países han optado por responder a estas nuevas demandas de las empresas que, al fin y al cabo, queramos aceptarlo o no, son las que crean empleo. Han optado por fomentar esa especialización, elevando a un nivel superior estudios como la Formación Profesional. Ya no se trata de una segunda categoría. El Gobierno estimó que, para el año 2020, el 50% de los puestos de trabajo exigirán un nivel medio de cualificación, mientras que sólo el 35% necesitarán de estudios superiores. Y por eso España también ha empezado, poco a poco, a apostar por esto. Facilidades no están faltando, aunque también hemos de ser conscientes de que este proceso pasa por un cambio de mentalidad y, como todos sabemos, eso es siempre más complicado y pasa por cada uno de nosotros.
Para concluir, no se pretende con esto optar
por un modelo de formación frente al otro; sin duda la variedad es fundamental
para el empleo y las diferencias en la
cualificación son un enorme activo para las compañías. Pero sí se pretende
concienciar de que la situación ha cambiado y de que debemos tratar de atender
las particularidades de cada situación para así poder vernos todos más beneficiados
pues, como dijo Rajoy muy acertadamente, “el empleo es motor de la economía, pilar del bienestar
y clave de la igualdad". Por eso, lo primero es hablar de empleo. A título
ejemplificativo, el Randstad Research elaboró un informe en el que exponía que
la digitalización generará 1.250.000 puestos de trabajo en los próximos cinco
años en España. Y, visto esto, ¿no sería conveniente intentar responder adecuadamente
a esta realidad en lugar de empeñarnos
en hacer lo que por sistema se entiende que debe ser?
Se trata de un esfuerzo colectivo, incluso
a nivel estatal, y no hay duda de que la situación de paro actual no se
resuelve únicamente con el asunto de la cualificación. Sin embargo, es algo que
debemos tener en cuenta; el propio Presidente del BCE, Mario Draghi, ya nos
advirtió de que el
desajuste educativo es causante de parte del paro estructural que
experimentan los estados y éste es siempre el más peligroso de todos.
Sol Sepúlveda
Ministra de Empleo y Seguridad Social de AOM
Ministra de Empleo y Seguridad Social de AOM
No hay comentarios:
Publicar un comentario