NO IMAGINEMOS QUÉ PAÍS QUEREMOS EL LUNES QUE VIENE;
SOÑEMOS EN CAMBIO CON LA ESPAÑA DEL FUTURO
Según la RAE los puntos suspensivos se emplean “para indicar la existencia en el discurso de una pausa transitoria que expresa duda”. A falta de dos días para las elecciones nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá. Sin embargo toca hablar de futuro y por ello he querido centrarme en el 26-J como punto de partida, inflexión y de encuentro.
SOÑEMOS EN CAMBIO CON LA ESPAÑA DEL FUTURO
Según la RAE los puntos suspensivos se emplean “para indicar la existencia en el discurso de una pausa transitoria que expresa duda”. A falta de dos días para las elecciones nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá. Sin embargo toca hablar de futuro y por ello he querido centrarme en el 26-J como punto de partida, inflexión y de encuentro.
En los días de campaña son muchas
las frases cliché: “Por nuestros mayores”, “por el cambio”, “por el futuro de
todos”... Una idea a la que los políticos suelen recurrir es la de animar al
votante en pensar en el mañana. Pero creo que precisamente “el mañana” es lo
que se olvida a la hora de votar. Y lo digo porque da la sensación de que una
parte importante del electorado solo piensa en “mañana” y no en “EL mañana”.
Con esto quiero destacar que la respuesta que buscan muchas personas a la hora
de votar es la de un deseo por la mejora del país, pero no son conscientes de
lo efímeras que pueden llegar a ser algunas propuestas. Subir el salario
mínimo, eliminar las diputaciones provinciales o celebrar un referéndum de
independencia en Cataluña son medidas que pueden tener lugar el día uno después
de la investidura de Presidente. Quizá algunas propuestas de largo plazo como
asegurar una tasa más grande de empleo o la bajada progresiva de impuestos (como aconsejaba nuestro ministro de Economía y Competitividad Gonzalo Bonelo en su último artículo) son
acciones cuyos resultados son, no solo de mayor calado, sino también de una
relevancia mayor. Imaginemos qué España queremos no el lunes que viene; soñemos
en cambio con la España de 2020.
.
Pero para que España vuelva a
empezar, para que las cosas se sigan haciendo bien tendremos que interpretar
los resultados del domingo como un punto de inflexión. Los ciudadanos
transmitiremos cómo deseamos que sea la nueva esfera, y por lo tanto deberemos
ser responsables de nuestros votos. En esta segunda llamada a
las urnas en apenas 6 meses confirmará la llegada de la llamada nueva política,
que no es otra que la que ya está presente en todos los partidos. La nueva
política no se llama “Girauta”, o “Unidos Podemos” o “Pactos de Estado para
todo”. Esta nueva corriente tiene por nombres “Transparencia”, “Anticorrupción”
o “Regeneración”. Es aquí, en estos puntos clave, donde se debe dar un antes
y un después de aquel último domingo de junio. Sin duda cualquier español debe
confiar en las nuevas fuerzas emergentes para que impulsen esta nueva actitud
en la clase política. Bueno, siempre y cuando no apuesten por las donaciones a
partidos de países extranjeros.
Caminemos hacia un destino común de crecimiento económico y social |
Pero debemos aspirar a
que esta fecha se convierta para todos en un punto de encuentro. Hacer uso del
voto es toda una responsabilidad y yendo a las urnas los españoles serán
protagonistas de su propia historia. Como lo han sido los británicos. La sorpresa llegaba de madrugada: había ganado el Brexit. Los resultados han dejado a la Unión en un estado de shock, en un escenario que, como comentaba Luis Miguel Melián ministro de Exteriores, cambiará completamente el proyecto europeo. Jugar al referéndum de la semana puede ser algo muy peligroso porque este "ejercicio de democracia" divide radicalmente a la sociedad. Se trata de un arma de doble filo con la que Reino Unido está jugando mucho últimamente. No obstante, creo en España y en los españoles, y su voz se debe
escuchar. Y si acudimos a voces, a personas, no nos queda más remedio que ver los números. Ya hablé de esto en mi primer artículo cuando le recordaba al señor Sánchez que "si tanto le gusta sumar votos, no debería perder un minuto en contar los más de 16 millones de papeletas que se le dieron a la España constitucional, soberana y del bienestar". Es decir, la España de la gran coalición. Ese verdaderamente sería el gran cambio en la historia moderna española. La propuesta del Gobierno sigue siendo la misma de hace 6 meses: el pacto de la España de todos. El miércoles pasado Rajoy, el Presidente de verdad, en el programa de televisión El Hormiguero confesó que hablaría con Sánchez y no exigiría la cabeza de Rivera como respuesta a las últimas acusaciones que se habían producido. Algunos pensarán que es una locura, pero ese es el camino.
Se sacarán, salvo cambio drástico
de última hora, muchas y muy diferentes lecturas de los resultados del domingo.
Hagamos todo lo posible por identificar cuáles son esos puntos en común que
dibujan un futuro para nuestro país.
Julio Wais
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