SE HAN VISTO CASOS DE MINISTROS CON UNA FALTA DE PREPARACIÓN EVIDENTE,
PUES SU ÚNICO MÉRITO CONSISTÍA EN HABERSE AFILIADO AL PARTIDO DE JÓVENES
Una de las maneras mas comunes de organizar el gobierno de un país
consiste en que el Jefe de Estado esté apoyado por una serie de colaboradores,
encargado cada uno del manejo de un área funcional del Gobierno. En España,
estas áreas son conocidas como Ministerios, y sus titulares son los Ministros. El número de Ministerios y los asuntos que
tratarán son una decisión política del Presidente del Gobierno, que decidirá
según quiera enfatizar unos u otros aspectos de su legislatura. Actualmente
existen 13 Ministerios, pero han existido más en legislaturas pasadas (como los
17 de la IX legislatura).
Ahora bien, ¿cómo se
organiza un Ministerio? El Ministro
tiene por debajo de si una serie de órganos que le ayudarán a cumplir su
gestión. Aunque los Ministerios pueden tener entes adscritos que dependan
de ellos, me voy a centrar en la organización personal del mismo. La
organización más normal es que existan varias Secretarias de Estado,
coincidentes con las áreas temáticas del Ministerio. Así, en Hacienda y AAPP existen la Secretaría de Estado de Hacienda, la Secretaría de Estado de AAPP, y
la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos. A cargo de estas Secretarías
están los Secretarios de Estado. Al mismo nivel de un Secretario de Estado se
encuentra el Subsecretario, encargado de la Subsecretaría. La Subsecretaría se
encarga de los servicios generales del Ministerio, como
apoyo técnico, asesoramiento y otros.
Por debajo del Secretario de Estado se encuentran los Directores
Generales, a cargo de una Dirección General, áreas que concretan aspectos de la
Secretaría de Estado. Pueden tener por debajo Subdirecciones Generales. Por
último, del Subsecretario puede depender un Secretario General Técnico. Por
debajo de estos órganos existen otros menores, hasta completar la jerarquía con
los funcionarios de menor nivel.
Aumentar la masa funcionarial en épocas de bonanza puede convertirse en un problema en épocas de crisis |
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¿Cuáles son los
requisitos para acceder a estos cargos? Existen dos categorías, los nombramientos políticos y los profesionalizados. El nombramiento de un Ministro o un
Secretario de Estado es un acto discrecional, y se suele atender principalmente
a motivos políticos. Estos puestos son los encargados de llevar a
realización las ideas del Gobierno, y por ello se buscan personas afines, que
no han de ser necesariamente expertos de gestión en los campos de su
ministerio. Por ello, hemos visto casos de ministros con una falta de
preparación evidente, pues su único mérito consistía en haberse afiliado al
partido de jóvenes.
El resto de cargos (Subsecretario, Director General, Director
General Técnico, Subdirector General y los que existan por debajo en la
jerarquía) exigen un requisito de profesionalización. Se requiere cierto grado
de profesionalización además de una carrera funcionarial, salvo el caso de los
Directores Generales, que pueden provenir de la empresa privada.
Como podemos ver, un
Ministerio es un ente tremendamente complejo. Encargarse de un área de administración
de un país tan grande y complejo como España no es una tarea fácil. Requiere
elaborar planes de actuación, coordinarse con las 17 CCAA y los demás
Ministerios, obtener la financiación necesaria, y ejecutarlos. Por ello se
necesita una gran cantidad de personal para conseguir efectividad en su
trabajo. Sin embargo, una organización demasiado grande puede suponer una carga
muy pesada para el Estado, puesto que la mayor parte de los empleados del
Ministerio son funcionarios. Debido a la
dificultad de despedir a un funcionario, aumentar la masa funcionarial en
épocas de bonanza puede convertirse en un problema en épocas de crisis.
Este tema será el objeto del que hablaré el próximo mes.
Gonzalo Aguilar
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