El Ala Oeste de la Moncloa: A vueltas con el IVA

viernes, 1 de julio de 2016

A vueltas con el IVA

ES HORA DE BAJAR EL IVA E INCENTIVAR EL CONSUMO.
SOBRECARGARLO DE COSTES ES MATAR LA RECUPERACIÓN

El IVA es el principal impuesto indirecto en España. Los impuestos indirectos gravan la demostración de riqueza. Esto quiere decir que, en este impuesto, el Estado no recauda en base a los ingresos (como el IRPF o el IS) o en base al patrimonio, sino que el hecho imponible ocurre al adquirir algún bien o servicio, al consumir. Los que deben soportar el impuesto son los consumidores finales, aunque las encargadas de su liquidación serán las empresas que ejercen de intermediarias en el proceso.

El IVA tiene tres tipos: el tipo normal, el reducido, y el superreducido. Los dos últimos sólo se pueden aplicar a determinados bienes y prestaciones de servicios, pero el Gobierno tiene una potestad amplia a la hora de fijar la cuota de cada tipo. La Unión Europea pone unos mínimos del 15% para el tipo normal y del 5% para el tipo reducido, siendo el tipo superreducido una especialidad de España.

El tipo general del IVA ha subido de manera constante desde su introducción en España en 1986. Comenzando en un 12%, en 2010 se produjo la primera subida en 14 años, pasando al 18%. En 2012 este porcentaje volvió a aumentar hasta el 21%. Es decir, en un espacio de poco más de dos años se aumentó el IVA en un 5% en su tipo general y un 2% en su tipo reducido (hasta el 10%). Estas subidas fueron causadas por la caída de la recaudación consecuencia de la crisis económica.
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Recaudación del IVA según la base de datos del Ministerio
¿Cómo afectaron estas subidas a la recaudación del impuesto? En 2010, ante una subida del 2% del tipo general, aumentó en 16.000 millones, pero en 2012 ante una subida mayor (3%) apenas aumentó en 1.500 millones. La subida entre 2011 y 2012 ya había sido de 1.100 millones, por lo que apenas tuvo efecto más allá del crecimiento interanual. Con la recuperación del PIB la recaudación ha aumentado, pero ya nos situamos en niveles de recaudación superiores a los anteriores a la crisis, y a pesar de ello los tipos no se han reducido. El PIB de 2015 está en un nivel similar al de 2007, y sin embargo la recaudación del IVA ha crecido en casi 4.500 millones de euros.
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Sobrecargar de costes el consumo es matar la recuperación
¿Qué efecto tiene mantener tipos altos del IVA? El IVA encarece los precios del consumo. Un bien o servicio sujeto al régimen general ve aumentado su precio en un 21%. Esto tiene tres posibles consecuencias: que los ciudadanos paguen más por consumir (disminuyendo su renta disponible para otros bienes o servicios), que las empresas abaraten sus productos para mantener el precio final para el consumidor (disminuyendo su margen de beneficios y empeorando el resultado de la compañía), o una combinación de ambas, en que la empresa no traslade toda la carga del IVA a los ciudadanos, sólo una parte ella.

Una bajada del IVA al 18% (nivel que ya proporcionaba una amplia recaudación en consonancia con el PIB español) podría producir un efecto muy positivo sobre el consumo, especialmente en un momento de incertidumbre con la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Es injustificable mantener una presión fiscal elevada cuando el país está en plena recuperación. En estos momentos lo que el Gobierno debe hacer es relajar la presión fiscal y fomentar la creación de riqueza, y para ello debe fomentar el consumo. El incumplimiento del déficit no puede servir de excusa para no rebajar el tipo, cuando el efecto de la subida al 21% apenas ha supuesto un aumento de la recaudación.

La recuperación de un país comienza por las empresas privadas, y para que estas funcionen es necesario que se consuman sus bienes y servicios. Sobrecargar de costes el consumo es matar la recuperación, y por ello el Gobierno debe tener especial sensibilidad en este tema, fomentando el intercambio de bienes y servicios sin poner trabas al consumo.

Gonzalo Aguilar

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