El Ala Oeste de la Moncloa: España y Chile: Una amistad más allá de los Andes

viernes, 15 de julio de 2016

España y Chile: Una amistad más allá de los Andes

LAS RELACIONES ENTRE ESPAÑA Y CHILE GOZAN HOY DE UNA MAGNIFICA
SALUD, Y POR ELLO HAY QUE BRINDAR POR LA HISTORIA QUE LOS UNE,
POR EL PRESENTE QUE LES MOTIVA Y POR EL FUTURO QUE LES DEPARA

En una carta escrita por Miguel de Unamuno a su amigo José Luis Ross Mujica, periodista chileno y cónsul de su país en España a principios del siglo XX, le indicaba que habían existido dos grandes proezas mundiales que el pueblo vasco podía atribuirse orgullosamente. Una de ellas, como no, era la constitución de la Compañía de Jesús por San Ignacio de Loyola, y la otra, la República de Chile.

Al igual que ocurre con el resto de los países Iberoamericanos, Chile comparte con la Madre Patria fuertes lazos históricos, culturales, religiosos, lingüísticos, culinarios y, ante todo, familiares. Como hijo de padre español y madre chilena, puedo dar fe de elloHoy en día basta con preguntar a un chileno por su apellido para comprobarlo. Larraín, Errazuriz o Eyzaguirre forman parte de la innumerable herencia heráldica que España, y más concretamente el País Vasco, ha dado al pueblo chileno. Esa herencia también se ha reflejado en el folclore. Es difícil tarea diferenciar la indumentaria de un traje campero jerezano con la de un huaso chileno, la empanadilla gallega con la empanada de pino chilena e incluso, aunque menos evidente, la jota aragonesa y andaluza con la cueca.

El buen y estable desempeño de la economía chilena durante los últimos años, los bajos índices de desempleo, siendo un referente en la región y la negativa coyuntura económica que atravesó España hasta el año 2012 han posicionado a Chile como el cuarto país con mayor número de Españoles residentes en el extranjero dentro de Iberoamérica, con un total de 62,000 personas.

Chile, país de extremos de norte a sur, bordeado al este por la colosal cordillera de los Andes; aislado al norte por uno de los desiertos más áridos del mundo, el Atacama; inundado al sur por sus extensos lagos, gélidos glaciares patagónicos y activos volcanes; y refrescado al poniente con el vasto Océano Pacífico, no se ha mostrado impasible frente al aislamiento que su geografía le ha impuesto con el resto del mundo.

Esa fuerte herencia con España han hecho de Chile un perfecto aliado comercial y político en Iberoamérica, al igual que Chile ha encontrado en España un fuerte aliado para sus intereses en Europa. Según palabras de S.M el rey Juan Carlos en su visita a Chile en 2012: “Podéis contar con que España seguirá siendo el mejor defensor de los intereses Chilenos en la UE”.

España ha actuado como un sólido pilar sobre el que se ha cimentado la economía chilena
España ha actuado como un sólido pilar sobre el que se ha cimentado el desarrollo de la economía chilena durante las últimas dos décadas. Chile ha conseguido atraer, gracias a su sólido sistema judicial y amigable sistema tributario, un sólido y comprometido flujo de inversión extranjera, principalmente procedente de empresas españolas hacia sectores tan dispares como la industria energética, telecomunicaciones, infraestructuras o servicios financieros. Según el Banco Central de Chile, España se ha situado como tercer inversor extranjero en términos de Stock de Inversión Extranjera Directa con 19.638 millones de dólares, precedida por Estados Unidos, con un stock de 35.813 millones de dólares, y por Países Bajos con 23.436 millones de USD. En cuanto a flujos de inversión, durante 2014, España invirtió en Chile alrededor de 3.200 millones de dólares situándose como el segundo inversor con el 31% de las inversiones del periodo, por detrás de EEUU, que alcanzó los 6.804 millones. Es por eso que cuando uno circula por alguna autopista chilena, avista en el paisaje algún molino de viento, llama a través del móvil, retira dinero del cajero, paga la luz y el gas, la marca España se encuentre fuertemente presente.

Afirmar que la actividad empresarial española en el extranjero, y más concretamente en Iberoamérica, es el principal exponente de que España es una potencia internacional que ha contribuido al desarrollo de dichas regiones, no es ningún disparate. Tal y como EE.UU ha influido en la forma de vida de la sociedad actual a través del cine o la música, España ha influido a través de infraestructuras, la gastronomía, la telefonía o la energía, debiendo ser motivo de satisfacción para todos los españoles.

Chile ha dado la espalda a su geografía aislacionista, rescatando de su herencia española ese espíritu aventurero para conquistar una mayor prosperidad económica y social a través de tratados de libre comercio y alianzas estratégicas con varios bloques económicos, tal y como se ha reflejado recientemente a través de la firma para la creación de la mayor zona de libre comercio del mundo o la creación de la Alianza del Pacífico de la que España, por cierto, participa como miembro observador.

España debe aprovechar esos fuertes vínculos con Iberoamérica, comunidad de casi 600 millones de personas, para potenciar su crecimiento económico a través del comercio exterior, tal y como el Reino Unido ha conseguido con la Commonwealth.

Ese mar que tranquilo le baña, y promete futuro esplendor a Chile ya no es solo un destello de ilusiones, sino una luz de oportunidades que lo posicionan como principal aliado comercial y un sólido trampolín que España puede y debe utilizar para que así pueda consolidarse como una de las economías europeas más activas en Iberoamérica y el Arco del Pacífico.

Las relaciones bilaterales gozan actualmente de una magnifica salud, aunque no siempre fue así. Por ello, hoy hay que brindar por la historia que los une, por el presente que les motiva y por el futuro que les depara.

Francisco Zamarriego

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