UNA SOLUCIÓN DEL SIGLO XX O UN PROBLEMA DEL SIGLO XXI
A diferencia de artículos que vienen a hacer una crítica
constructiva o destructiva, este
artículo es una reflexión un poco inconcluyente sobre la fina línea entre la diferenciación
y la discriminación. He intentado plantear el asunto de la manera más
objetiva, sin intención de ofender a nadie. Pido disculpas de antemano a la
Presidenta Cifuentes por poner su ejemplo, siendo una práctica común
en occidente, pero todo se entiende mejor con un caso real.
El término inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere, intus (“entre”) y legere
(“escoger”). Saber escoger podría
ser una forma adecuada de definir la inteligencia. Para saber escoger hace
falta saber analizar, asociar y relacionar.
Por lo tanto, parece natural e inteligente que cuando se
detecta una necesidad en la sociedad se analicen las circunstancias que la
causan y el colectivo que sufre dicha situación. La vida lleva nombre y
apellidos, poner nombres y apellidos no es discriminar, discriminar es actuar
de forma diferente en función de ese nombre y esos apellidos.
Existen dos motivos por los que trato este tema, el primero
es porque la discriminación positiva es uno de los factores que ha motivado el
auge de los radicalismos en el mundo occidental. El otro motivo, casi
accidental, se debe a una noticia sobre las medidas de integración para la
población gitana que esta aplicando Comunidad de Madrid, Plan de inclusión social de la población gitana de la Comunidad de
Madrid 2017 – 2021.
Alfred Dehodencq: Un baile de gitanos en los jardines del Alcázar, delante del pabellón de Carlos V. |
No quiero ir al debate sobre si después de 5 siglos existe
alguna responsabilidad por parte de los madrileños sobre la integración de
dicho colectivo, también madrileños, sería un debate complejo debido a la larga
duración de esta circunstancia. Pero me veo obligado a analizar la siguiente
frase de la Presidente Cristina Cifuentes: “Podemos
afirmar que es un Plan elaborado con esta población, con sus asociaciones, con
su voz y sus ideas. Una propuesta de
trabajo realizada con las personas gitanas, para las personas gitanas.”
No siento ningún rechazo por ningún colectivo debido a su
origen, estoy convencido de que la Sr. Cifuentes tampoco. Pero la realidad es
que tras esas declaraciones los madrileños no son un colectivo igual, si no que
ante el Estado hay nombres y apellidos.
La discriminación positiva conlleva siempre un revanchismo
de discriminación negativa, si la Administración no es capaz de definir las
ayudas de manera genérica, sin nombres y apellidos, cabe plantearse si es
porque existe una población con necesidades similares a la cual no se quiere
ayudar, o si bien es que la discriminación resulta necesaria para alcanzar
determinados objetivos sociales.
Estoy seguro de que no hay una intención xenófoba de ningún
tipo en el Plan de inclusión social de la población gitana, se deberá a una
estrategia electoral o bien se querrá contentar a una serie de asociaciones en
concreto.
Igual que este ejemplo hay muchos otros, considero que la
lucha contra la discriminación debe ser liderada por el Estado, debe predicar
con el ejemplo. Si el Estado no es capaz
de evitar realizar actuaciones discriminatorias, ¿con qué autoridad ética puede
exigir a la población que no realice discriminación alguna?
Jorge Gancedo
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