El Ala Oeste de la Moncloa: Prudencia

miércoles, 1 de febrero de 2017

Prudencia

LAS MAYORES DOSIS DE CAUTELA Y NEUTRALIDAD NO SERÁN SUFICIENTES
PARA TOREAR A ESTE BULL DESATADO AL OTRO LADO DEL CHARCO

El otro día en plena batalla con la nueva web de El Ala Oeste de la Moncloa (sí, vamos a tener nueva web y espero que sea muy pronto) estaba repasando una de las secciones y me pregunté cómo sería un AOM formado por el Gobierno oficial español. ¿Darían que hablar las palabras mensuales de Montoro? ¿Estaríamos pendientes de las declaraciones de Nadal? ¿O acaso Méndez de Vigo escribiría una tribuna digna de algún premio? Imagínense un espacio donde no hubiera ni cabeceras de periódicos ni periodistas que condicionaran el mensaje. Aunque tampoco le he dado muchas vueltas, no creo que fuera mala idea.

En esta reflexión caí en que las presiones vendrían de los stakeholders de cada ministerio y confirmé la idea en la que siempre he creído que el político, en mayor o menor medida, es continuamente un interlocutor. Desde el concejal de pueblo que tiene que dialogar entre amas de casa y el alcalde hasta todo un presidente de gobierno que se dirige a la opinión pública y a Bruselas.

En estos tiras y aflojas constantes, la futura relación de España con Estados Unidos será un asunto de una extrema delicadeza. Tras los artículos de Luis Miguel Melián (Asuntos Exteriores y Cooperación) y Miki Barañano (Defensa) en los que se hablaba de los retos a los que se tiene que enfrentar nuestro país en relación a los USA, querría hacer un comentario. Habrá que partir de algunos pilares capitales como que España no debe abandonar la formidable amistad que ha tenido con EEUU en los últimos años; como que tampoco puede olvidar que forma parte de una Unión comunitaria; y como que a su vez no se puede alejar de los importantes valores de libertad que ha conquistado. Las mayores dosis de cautela y neutralidad no serán suficientes para torear a este bull desatado al otro lado del charco. Habrá que mantener la calma para ser conscientes de que los americanos contarán con la suficiente inteligencia de sacar provecho de nuestro país, algo que nos conviene muchísimo (lean a Miki para ampliar esta idea) porque el impacto estadounidense en nuestro país sigue siendo extraordinario. Algunos ejemplos son las grandes infraestructuras que empresas españolas están construyendo en California, el hecho de que el país yankee esté a la cabeza de aprendizaje de español (esto le va a poner tenso a Donald) o que el turismo americano haya crecido en 2016 un 7%.

Trump, al igual que el toro de Wall Street, refleja optimismo, agresividad y prosperidad financiera

¿Qué debería hacer España como nación? Desde mi punto de vista mantener una neutralidad lo más discreta posible. Evidentemente sería absurdo ocultar nuestra tristeza por Latinoamérica con quien compartimos un gran vínculo histórico, pero posicionarnos en contra de la administración Trump tampoco serviría de gran ayuda. Para bien o para mal Estados Unidos podría vivir y sobrevivir con un aislamiento casi total del resto del mundo, por lo que sería muy arriesgado poner en peligro nuestra relación con ellos. Apostar por terceras vías también de corte neutral como lo es la UE sería acertado al ampararnos en, al fin y al cabo, lo que somos: parte de un gran proyecto de libertad en Europa (el lunes lo recordó el Ministro de Justicia que “en Europa creemos en esa libertad de circulación, que además de la seguridad hay que garantizar la circulación de personas y de servicios”).

Prudencia, templanza y sensatez; mucha mente fría en definitiva que nos aleje de ‘calentones’ diplomáticos cortoplacistas, aunque sea precisamente la administración americana quien esté llevando adelante este tipo de acciones.

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